Lástima que no crea en la mala suerte, porque si no iría donde el Indio Amazónico, el Chamán, el Gurú, el Sacerdote, el Oráculo, el Saddhu, el Monje Auspicioso, el Gran Ekeko, el azul Krishna, o quién fuera para que me diera un buen baño de buena fortuna. Digamos entonces...