Pero cualquiera que haya tenido la suerte de haber conducido esta joya de 198 CV apreciará su cuerpo de acelerador más grande y su volante más liviano y una nota de escape que era profunda y suave bajo un pie casual pero absolutamente estridente a altas revoluciones. Ah, y el precio...
Tal vez prescindieron de parte del sistema de audio o, quizá, simplemente no querían renunciar al entretenimiento durante las interminables horas de la carrera. Nadie lo sabe. El caso es que en las imágenes de la época la antena se puede ver extendida. La improvisación fue la clave...