porque antes te daba vergüenza hablarlo y, ahora, si estás enfermo y lo cuentas te vas a encontrar con respuestas como «yo estoy igual». Y no es verdad y, además, es una respuesta que duele igual
como albergues y bares, esta pequeña localidad sigue viviendo del campo, en el que trabajan incluso algunos religiosos después de colgar la sotana.
Es doble tonto y no quiero Ser bailarнn de su fiesta Yo digo que no hay talante Más claro que ir desnudo Pues cuando se tiene escudo Luego se quieren los guantes Y al que diga que me aguante Debajo de una sotana Le encajo una caravana De sentimientos De sentimientos De sentimientos...