pues lo que yo quisiera es que las tuyas me llegaran antes de tiempo y que fueran muchas y abultadas para poder hacer con ellas una almohada blandita y suave. Porque no sabes la taita que me hace el buen consuelo tuyo; ese consuelo que sabes dar únicamente con tenerte cerquita...
pero ahora más, no por algo ella es lo que más se quiere; no por algo uno le guarda tanto amor. Infinito, para ese corazoncito tan lleno, para la pureza de su alma, para toda ella, tan querida y tantas veces soñada y recordada. Clara Aparicio, dulce...