», y se puso a correr aún más aprisa, mientras, cada vez más débiles, arrastradas por la brisa que les seguía, les llegaban las melancólicas palabras: Su-upo ve-espera! Supo ve-espera! Bela, ho bela vi Sup'! ¡Soooo-pa de la noooo-che! ¡Hermosa, hermosa sopa!